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Justicia y Paz

Dignidad Humana

Toda vida es sagrada...

por lo que la vida y la dignidad de cada individuo merecerespeto y protección a todas las edades. Esto es especialmente cierto para aquellos que habitan en circunstancias en las que el respeto y la protección son raros, entre ellos: los materialmente pobres, abusados, marginados y desechados. El derecho a la vida es el derecho humano más fundamental que lleva a los maristas a trabajar por un mundo de mayor respeto por la vida humana y un mayor compromiso con la justicia y la paz.

Our Marist Constitutions call us clearly to the need for dignity for all humankind, especially those who are most marginalized in the world today.

De nuestras Constituciones Maristas:

12. … Ellos (maristas) atienden especialmente a los más desatendidos, a los pobres y a los que sufren injusticias. Están listos para llevar a cabo estas tareas en cualquier lugar y en cualquier momento.

111. Ellos (maristas) deben estar atentos al clamor de los pobres, que hace un llamamiento urgente y continuo para una conversión de mentes y actitudes.

Los maristas reconocen que la acción por la justicia es parte integrante del anuncio del Evangelio y, por lo tanto, se esfuerzan por remediar la injusticia en las relaciones económicas y sociales.

Oración por la Dignidad Humana

Tú que eres sobre nosotros – Dag Hammarskjold (1905 – 1961)

Tú que estás sobre nosotros,

Tú que eres uno de nosotros,

Tú que también estás dentro de nosotros,

Que todos te vean en mí también,

Permítanme preparar el camino para usted,

Permítanme darle las gracias por todo lo que caerá en mi suerte,

Tampoco puedo olvidar las necesidades de los demás,

Mantenme en tu amor

Como quieres que todos se guarden en el mío.

Que todo en este mi ser sea dirigido a Tu gloria

Y que nunca me desespere.

Porque estoy bajo tu mano,

Y en usted está todo poder y bondad.

Dame un corazón puro, para que te vea,

Un corazón humilde, para que te oiga,

Un corazón de amor, para que yo te sirva,

Un corazón de fe, que yo pueda permanecer en usted.

Amar la vida y a los hombres como Dios los ama–

por el bien de sus infinitas posibilidades,

esperar como él para juzgar como él sin emitir juicio,

obedecer la orden cuando se da y nunca mirar hacia atrás– entonces él puede usarlo –

entonces, tal vez, él te usará.

Y si no te usa, qué importa.

En su mano, cada momento tiene su significado,

su grandeza, su gloria, su paz, su co-inherencencia.