Skip to content

Señor Jesús, Hijo del Altísimo, que encontremos refugio en la humildad de tu corazón, porque tus pensamientos son pensamientos de paz. Y así, en las pruebas de este mundo, mostraremos las riquezas de tu paciencia, hasta el día en que estaremos contigo por los siglos de los siglos. Amén.

(~Proclamando todas tus maravillas)