Día 20 Reflexión de Adviento
Creemos y sabemos que la muerte y el odio no son las últimas palabras pronunciadas en el arco de la existencia humana. Ser cristiano implica una nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza. Algunos creen que la vida conserva toda su felicidad en la juventud y en el pasado, y que vivir es un deterioro lento. Otros más sostienen que nuestras alegrías son solo episodios fugaces y que la vida de la humanidad está atada a la falta de sentido. Hay quienes, ante muchas calamidades, dicen: “La vida no tiene sentido. Nuestro camino no tiene sentido.” Pero nosotros, los cristianos, no pensamos esto. Más bien, creemos que en el horizonte de la humanidad hay un sol que brilla para siempre. Creemos que nuestros días más bonitos están por venir. Somos personas más de primavera que de otoño. Me gustaría preguntar, ahora —cada uno responde en tu corazón, en silencio, pero responde— “¿Soy un hombre, una mujer, un niño, una chica de primavera o de otoño? ¿Mi espíritu está en primavera o en otoño?”
(~ de “Una luz en la noche – Meditaciones sobre la esperanza” del papa Francisco. (Jubileo 2025), Pueblo de la Primavera)
Ha llenado a los hambrientos con cosas buenas, y a los ricos los ha enviado vacíos.
